De repente es rico ver a un zorrón o cuico sufrir y que la pase mal igual que la gente normal y común, que también su dinero ahora no vale nada, las tendencias y las amistades políticas poco importan en ciertos lugares del mundo, pero después de avanzada la película uno empieza a sufrir el dolor ajeno del personaje y pasa a ser uno de los pisoteados por el sistema carcelario, que en este caso es el de Turquía.
Un aspecto rescatable y destacable de la película es que las diálogos que son en turco ¡son de verdad en turco!¡sí! esta vez no todo el mundo habla inglés, los turcos hablan realmente en turco, lo cual uno logra entender la desesperación de lo que sucede sin entender ninguna palabra. Este aspecto es súper valorable y hasta memorable.
La historia se centra en un turista estadounidense, que llevaba un par de kilos de droga para compartirla con sus amigos aun más zorrones que él, y es atrapado por la policía turca (que en ese entonces estaba pendiente por ataques bombas de la guerrilla turca), lo cual es condenado a 4 años de prisión en Estambul. Con el pasar del tiempo esa condena se extiende y ni el dinero, ni las influencias del padre de nuestro protagonista Bill Hayes (Brad Davis) podría ser útiles bajo el sistema judicial de Turquía (que para más mala suerte estaban en un conflicto político con Nixon, presidente de los Estados Unidos por ese entonces).
Lo que también me pareció curioso y altamente atractivo fue que esta basado en hechos reales, lo que le da unos puntos más en la calificación, para mí siempre que sea historia verídica me deja un mejor sabor, mi puntuación para Midnight Express es de 7 tomates de 10 posibles, una buena película que pone en la perspectiva el "qué pasaría si me pasara a mi?.
"Lo que hoy es legal de pronto es ilegal mañana porque una sociedad dice que lo es y lo que era ilegal de pronto es legal porque todo el mundo lo hace ... y no se puede meter a todo el mundo en la cárcel" (Midnight Express, 1978)
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