Mi fortaleza no es la que todos llaman la de un macho recio, eso sí, soy una persona fornida, fuerte, intimidante, también hago el desayuno, llevo mi lonchera para ir a trabajar, lavo la loza y me fumo un cigarro.
¿qué te pasa?, levántate! ¿qué chucha te pasa? la vida no es está en ese celular ni en esas novelas turcas pencas que veis hasta la hora de la corneta. ¿sabis qué más? ándate a la cresta, no te quiero en mi vida ni en la de ella.
Es lo que me gustaría decir pero no me atrevo, no me atrevo porque aquí en el sol abrazador del valle todo es más tranquilo, aquí te imagino corriendo, te imagino jugando, te imagino riendo, te imagino llena de vida, con ganas de aprender, de sorprenderte.
De un momento a otro vuelve las visiones de la realidad, y te imagino viendo uno monos animados sin sentido, escuchando las chuchadas que van y vienen, el humo del cigarro que penetra en tus pulmones, te quiero fuera de ahí. Pero son diez años...
¿Diez años de qué? ¿de sufrimiento? ¿de no ser lo suficientemente bueno para una persona que no es ni la mitad de lo que merezco? ¿de ser un borracho? bueno, quizás eso puede ser.
Enciendo un cigarrillo a plena luz del sol y ahora sí siento que pienso: Que lindo que es este valle. me impresiona cómo pueden crecer tantas cosas en este desierto. Así eres tu hija mía, así eres tú, una flor que crece en este desierto, que te estanca un desierto imaginario que nosotros te fuimos creando. Las arenas en tus pies serán las cadenas que te atan a mi pasado, y de tu progenie, espero que puedas crecer con el viento en contra, con el sol violento que te da vida y también te la quita. Espero que tomes harta agüita aunque no haya. Espero que digas hayas y no "haiga". Espero que seas feliz en este desierto olvidado, y que te olvides de las condiciones difíciles de los paisajes que se aproximan. Espero algún día ser la mitad de valiente de lo que serás tú. Eres desierto, eres hermosura, eres sacrificio.
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