Un espacio alterno se conforma a medida de que un grupo o sujeto le de un significado que se diferencie del espacio real. Pero ¿qué es el espacio realmente?, dejemos este espacio como un alterno, por lo menos para mí.
miércoles, 20 de mayo de 2020
Ideologías, los nuevos Dioses
lunes, 18 de mayo de 2020
Desiertos y Valles
viernes, 15 de mayo de 2020
Funa a Silvio Rodríguez
Yo sé que este espacio no es para
esto pero en verdad, no sabía cómo escribirlo, ni siquiera sabía si debía
hacerlo, ya que no todos lo entenderán o me creerán, pero es muy difícil
describir lo que he pasado, no últimamente, sino a lo largo de los años de mi
vida.
Quiero contextualizar que él es
mayor que yo por varios años y tenemos una relación de más de 25 años. A través
de su labia, sus argumentos, metáforas y –su palabra favorita- blasfemias, me
ha envuelto en un mundo de presiones y desconciertos que me han llevado a
dimensiones desconocidas que no puedo relatar en profundidad. Su manipulación a
través del parafraseo verbal y sus incógnitas conversaciones que poco puedo
entender, humillándome al punto de buscar su significado, sintiéndome cada vez
más ignorante, una violencia que hoy no estoy permitido a aceptar ni acatar por
ningún personaje que se crea superior.
Todo esto empezó en los años de
mi infancia, donde lo conocí, lo hallaba astuto, distinto, anormal, poético y
con una voz estable e inconfundible. Tenía una relación extraña, ya que era
amigo de mi madre y de mi padre. Con el tiempo comencé a sospechar de esta
rarísima relación, ya que mi madre empezó a conversar todas las mañanas las
mismas cosas que después de unos años conversábamos él y yo. Mi padre comenzó a
hablar como él. Pero cuando era el momento de entablar conversaciones entre
ellos sobre su amigo especial Silvio, no existía rastro de discusión alguna.
Con su filosofía barata, su
ideología de mierda y con las conversaciones que teníamos a diario comenzó a
engatusarme y manipularme mental y emocionalmente, lo cual no lo vi venir en ningún momento. Un día hablábamos acerca
de los sueños que hemos tenido, él solamente me hablaba en metáforas acerca de
serpientes que lo tragaban, y como yo no quería ser menos obviamente le di un
significado a su sueño tan curioso, y a lo que él me contestó… que sólo era un
sueño, no había interpretaciones, que no le diera más vuelta… que incluso
soñaba con el sonido de la guitarra.
Aun así lo seguí, lo seguí por
bastantes años, hasta el día de hoy en que tengo el valor de decir ¡basta!
Un día tuvimos una pelea, la
verdad es que no recuerdo de qué, nos distanciamos por un tiempo, y solo
hablamos para que él me dijera que ya no me esperaba más, que ya había echado
abajo ayer sus puertas, sus ventanas bien despiertas, al viento, al aguacero y
ya ni recuerdo que más. Cuando me dignaba a comprender que nuestra relación no
daba para más, me comenta que esta conversación no tiene que ver conmigo, que
era algo más grande.
¿Qué hago ahora contigo?, así me
dijo, poniendo un sinfín de ejemplos y figuras retóricas acerca de que soy y no
que soy para él, para comentarme al final que solo soy todo lo anteriormente
mencionado, sin poder comprender nada, sin darme un claro ejemplo de lo que yo
significo para él.
Él tenía alucinaciones y fascinaciones
con viajar a La Habana, Cuba, lo cual a mí me causaba curiosidad de la
melancolía que la describía, algo decía por ahí de una Catedral sumergida en un
baño de telas, no sé, este episodio es muy confuso para mí. Aunque así me decía
que no era una elegía, ni un romance ni un verso, que era una acción de gracia.
Bah! Ya no podía más con él.
Lo que más me gustaba de este
personaje eran sus historias, me comentaba acerca de la familia, la propiedad
privada y el amor. Cómo podía englobar todos estos elementos en una sola frase,
historia o conversación, no creo tener la respuesta, era tan manipulador. Me
comentaba que le gustaba pintar, lo hacía mal pero le encantaba, lo refleja en
las conversaciones que teníamos acerca de Chagall y sus óleos modernistas surrealistas
–cómo no sentirme violentado ante tanta inteligencia-.
Cuando me interesé por él fue
cuando comencé a investigarlo, me conversó de muchas cosas que tenían relación
con dictaduras, política, guerra, muerte, miedos, viajes, y entre tanto y tanto
concepto apareció el nombre de Emilia, la cual siempre me ocultó y nunca me
dijo nada acerca de ella, me mintió en la cara, algo que no merecía, ya que
siempre fui sincero con él, con mis sentimientos, su manipulación es algo que
nunca podré perdonarle, aunque comparta mi dolor sin tener respuesta de lo que
está bien y lo que está mal. Insisto, con esto no quiero hacer daño, solo
contar mi experiencia personal con tal personaje petulante que hasta de
aceitunas me hablaba y quedaba inserto en un mundo desconocido.
Yo sé que no dejó rastros en mi
cuerpo, pero en mi alma y en mi corazón metafísico quedan cicatrices abiertas.
Algo que me molestaba era que siempre trataba de victimizarse… maldito machito…
una vez me dijo que sólo le quedaba buscarse de amante la respiración, no mirar
a los mapas, seguir en mí mismo, no andar ciertas calles, olvidar que fue de él
cierto libro. ¿Cómo no sentirme inseguro en esta relación? ¿Qué quiere decir?
¿Qué me quiso decir?
Antes creía que yo era el único
imbécil que podía caer en este juego de la falsa modestia, de lo simple que se
le hacía hablarme, decirme, contarme, exponerme y restregarme en la cara cada
verso que salía de su boca directamente hacia mi alma rota.
El día que más dañó mi corazón y
creo que afectó a más de una persona fue una vez que discutimos del comunismo
versus el capitalismo, me dijo: “nadie sabe lo que es el comunismo” y ¿cómo no?
si no podemos ni mirarnos a los ojos nosotros mismos y él ofuscado, enojado me
respondió que ojalá se me acabe esa mirada constante, las palabras precisas y esa
sonrisa perfecta, que ojalá pase algo que me borrará, una luz cegadora o algún
disparo de algo que aún no logro descifrar, que inclusive me llevara la muerte,
para no verme más, incluso remató con un ojalá no pueda tocarte ni en
canciones… Obviamente utilizó su recurso peculiar del “no me refiero a eso” que
siempre ocupaba, maldito bastardo.
“Yo me muero como viví”, qué
significa eso, no entiendo, no te entiendo, nunca te entendí, habrá sido mi
culpa por no ser de los tipos intelectuales, por ser solo un necio. Alguna vez,
en la época de enamoramiento me dio una canción, a lo cual lo encontré
hipócrita, error mío, lo sé, lo acepto, pero cómo no puedo tomarme una frase
tan común y corriente después de haberme dado tantas vueltas para poder
entenderlo, quererlo, sólo estar con él.
Bueno, sólo quería desahogarme
acerca de este ser egoísta e incomprensible, pero para terminar esta funa el
momento épico fue cuando me hizo una historia en mi cabeza acerca de un
unicornio azul (por favor para!!), con una ternura, pena tristeza y con (oh!)
melancolía, me di cuenta que no solo me había contado ese cuento para mí, sino
que a un montón de personas más, que le daban otros significados, incluso no de
amor como yo lo hice, no de pérdida como lo pensé. Con ello me di cuenta que él
llevaba una relación con miles de personas más, yo pensando que me hablaba a
mí, que me cantaba a mí, que tocaba para mí, que todo lo que yo hacia él lo
podía materializar en una frase, y claro solo era un charlatán que conquistó
miles de corazones, con sus metáforas baratas!
Quizás con diez años de menos
hubiese podido aguantar tanto, y de verdad que no exagero si te cuento que le
hablo a tu fantasma, que le solicito
agua y café, que en días graves incluso te he pedido masajes para mi
espalda, imagínate que los peores no te los contaré porque no lo vas a creer. Con esto pienso que
me llueve sobre mojado y cuando te preguntaba si de verdad me necesitabas tú me
respondías que para ello deberías partirte en dos. Ya me cansé de ti, no te
quiero ver, no te quiero escuchar, ni de tus hazañas en Playa Girón, ni de tus
alucinaciones de fusiles contra fusiles, ni de falsas leyendas de elegidos, ni
tres hermanos, me cansé de tu mística y tus metáforas sin sentido
Para terminar lo único que me
produce este personaje es rabia, miedo y traición, no sé cómo describir este
sentimiento, es como una rabia simple de un hombre silvestre, una rabia bomba,
una rabia de muerte, incluso una rabia hacia el imperio asesino de niños, una rabia
que se me ha podrido el cariño, una rabia madre, ay dios tengo frío, lo juro la
rabia es mío, eso mío, sólo mío, la rabia bebo pero no me mojo, esta rabia de
miedo a perder el manojo, esta rabia hijo de zapato de tierra, una rabia de
dámelo o te hago la guerra, una rabia que pienso que todo tiene su momento,
pero esta rabia se lo lleva el viento, esta rabia de oro sobre la conciencia,
esta rabia conchatumadre paciencia, paciencia. Contigo Silvio, la rabia es mi
vocación.