Recién cumplido los 12 años de edad y tal como dijo mi mamá, me comenzó a sangrar aquí abajo. Me dio pena, miedo, me puse muy nerviosa, pero al final pude solucionarlo.
Mi mamá dijo que vendrían cambios en mi piel, en mi cuerpo e incluso mi forma de ser... no lo creí posible, aún no los veo. Bueno, sí, algunos los noto pero otros para nada. Lo que sí noté fue el cambio de otras personas, ya no me miraban con los mismos ojos, sobre todo los caballeros que me cruzaba en la calle, escuchaba el sonido de sorbetes, murmullos inentendibles, bocinazos de autos ¡y eso que yo iba pasando por el paso de cebra!.
Un día me encontraba andando en bicicleta con falda, porque en esta parte del país hace mucho calor. Esa misma tarde estaban los Carabineros (o Pacos como bien le dice mi primo que le gusta sumarle un adjetivo calificativo que no me dejan pronunciar), estaba con chalas también, de esas que exponen todo el pie, no llevaba casco, ni ningún elemento de seguridad, me asusté y cuando pasé, él me dijo: "pase no más mi amor", yo con algo de extrañeza lo miré y seguí con mi recorrido normal.
Luego de todo lo que pasó, comencé a sentir una sensación extraña, lo que debo resumir como una sensación de asco. Después que se me pasó esa horrible sensación comencé a sentirme culpable. No sé por qué, no tengo ni la menor idea, no sé lo que me pasa o me pasó, ya no quiero que nadie me diga nada mientras ando en bicicleta y menos caminando.
Posteriormente le comenté a mi primo lo que había pasado. Solamente escuché miles de palabras que no me dejan decir, me cuestioné la forma de hablar de los chilenos y saqué la cuenta de que cada 4 de palabras, 2 eran garabatos. Después se sentó y me entregó un montón de técnicas para que no me digan cosas en la calle. Otra vez sentí vergüenza y asco. ¡Sensaciones malas!.
Desde ese día no le cuento nada a nadie, pero me gustaría preguntarles a mis amigas de 7° básico si alguna de ellas le pasa algo parecido. Yo espero que su respuesta sea no.