martes, 24 de noviembre de 2020

La Mejor Cita del Mundo

Quedé de juntarme contigo a las 17:00 en la Iglesia de la Merced, ahí en la periferia de mi ciudad, que también es la tuya, obviamente iba nervioso, no te conocía y tú tampoco a mi, jamás nos habíamos visto. 

Antes de ir me cepillé los dientes como jamás lo había hecho. Debo confesarlo, estaba nervioso, también utilicé esa colonia que nunca me había echado, mas que para disimular mis olores de dos días sin un baño. Te vi desde lo lejos, eras atractiva, nos saludamos, no hablamos de nada, me preguntaste si podías cambiar la radio, te pregunté por qué, y respondiste es que esa música de viejo es re fome, así que sonaron esos bajos que despiertan a los vecinos y guaguas, que retumban las ventanas, sonó esa música que hace que los cuerpos lleguen hasta el suelo... no me importó.

¿Quieres unas chelitas?, no, no tomo, ¿qué?. No me importó. Llegamos a ese mirador penca de algunas publicaciones anteriores y te pregunté que te gustaba, me gusta ir a la disco con mis amigas. No me importó. Oye y qué película te gusta, me aburro con las películas ¿tú?. Me gustan las películas que me causan sensaciones encontradas, esas que no sabes si apoyar al protagonista u odiarlo, justificarlo, me encanta que me pongan incomodo con esas sensaciones, que jueguen conmigo. Jajaja... a mi me gustan esas coreanas. No me importó.

Luego de algunos intercambios de risas, miradas medias incomodas y, ciertos silencios realmente incomodos, como tal personaje estúpido, intenté besarla para romper con la atmósfera densa... obviamente me rechazó, no soy un Aquiles y tampoco la persona más simpática que hay, no había por donde, pero lo intenté... respeté su decisión, seguimos conversando de todo lo que no teníamos en común.

A las 22:00 decidimos irnos, la puesta de Sol no fue la guinda de la torta... incluso estaba nublado. Bajaste del auto, te dije nos vemos, tu me miraste y simplemente te reíste. 

Llegué a mi casa, comprendí la risa, me acosté mirando al techo, entre Muchacha Ojos de Papel y Cuéntame una Historia Original, por inercia me destruí en una paja milenaria y aterrizadora. No me importó, total para mi había sido la mejor cita del mundo.

lunes, 9 de noviembre de 2020

¿Quién eres por las noches?

Antes de dormir planteas y planificas el próximo día, duermes en la tranquilidad mientras las energías recorren tu cuerpo, se acumulan para ser desperdiciadas en otro atardecer crepuscular donde los arreboles se configuran en la nada, en la inmensidad. ¿Quién eres por las noches? La persona que se levanta y lo hace todo, o eres la que sueña y al enfrentarse el imaginario realista te desafía incorrectamente, para ser desconfigurado y desarmado por personas que soñaron ser lo que son. 

O quizás también fuiste un soldado en la guerra con tu fusil, esperando destrozar futuros cadáveres que quizás no soñaron con su último momento, que se despidieron, que quizás no hicieron sus respectivos arreglines consigo mismo. O quizás un auxiliar de buses durmiendo en el fondo de la maquinaria que transporta decenas de vida que lleva sueños y desgracias. 

¿Qué más fuiste? ¿Fuiste un semental, pensando en tirarse cualquier criatura (mayor de 18 años) que estuviera en tu radar? ¿Fuiste un personaje en algún apocalipsis de tu gusto? ¿Fuiste el mejor exponente del género? ¿Fuiste?. Al final de tu día eso es lo importante, solo fuiste.