Quedé de juntarme contigo a las 17:00 en la Iglesia de la Merced, ahí en la periferia de mi ciudad, que también es la tuya, obviamente iba nervioso, no te conocía y tú tampoco a mi, jamás nos habíamos visto.
Antes de ir me cepillé los dientes como jamás lo había hecho. Debo confesarlo, estaba nervioso, también utilicé esa colonia que nunca me había echado, mas que para disimular mis olores de dos días sin un baño. Te vi desde lo lejos, eras atractiva, nos saludamos, no hablamos de nada, me preguntaste si podías cambiar la radio, te pregunté por qué, y respondiste es que esa música de viejo es re fome, así que sonaron esos bajos que despiertan a los vecinos y guaguas, que retumban las ventanas, sonó esa música que hace que los cuerpos lleguen hasta el suelo... no me importó.
¿Quieres unas chelitas?, no, no tomo, ¿qué?. No me importó. Llegamos a ese mirador penca de algunas publicaciones anteriores y te pregunté que te gustaba, me gusta ir a la disco con mis amigas. No me importó. Oye y qué película te gusta, me aburro con las películas ¿tú?. Me gustan las películas que me causan sensaciones encontradas, esas que no sabes si apoyar al protagonista u odiarlo, justificarlo, me encanta que me pongan incomodo con esas sensaciones, que jueguen conmigo. Jajaja... a mi me gustan esas coreanas. No me importó.
Luego de algunos intercambios de risas, miradas medias incomodas y, ciertos silencios realmente incomodos, como tal personaje estúpido, intenté besarla para romper con la atmósfera densa... obviamente me rechazó, no soy un Aquiles y tampoco la persona más simpática que hay, no había por donde, pero lo intenté... respeté su decisión, seguimos conversando de todo lo que no teníamos en común.
A las 22:00 decidimos irnos, la puesta de Sol no fue la guinda de la torta... incluso estaba nublado. Bajaste del auto, te dije nos vemos, tu me miraste y simplemente te reíste.
Llegué a mi casa, comprendí la risa, me acosté mirando al techo, entre Muchacha Ojos de Papel y Cuéntame una Historia Original, por inercia me destruí en una paja milenaria y aterrizadora. No me importó, total para mi había sido la mejor cita del mundo.